La gastronomía ecuatoriana en su esplendor: las recetas de la abuela, los clásicos más entrañables de la cocina de casa bajo el sabor y el nivel de dos chefs galardonados: Carolina e Iñaki.  

Por: María José Troya C. Fotos: Pablo Rodríguez 

Se siente como entrar a casa. Es un ambiente que no nos resulta ajeno, son sabores que nuestro paladar conoce bien y que al ver la carta enseguida nos trasladan a una imagen familiar: la abuela y su recetario, las tías y sus secretos de cocina, la madre logrando que todo quede perfecto para sus invitados… es una escena gastronómica que se siente -y sabe- a cercanía, pero que a la vez eleva a los sabores a un nivel que, según el chef Iñaki Murúa, es en donde les corresponde estar a nuestros ingredientes locales: en el podio más alto.  

Atrás, en el jardín, han creado un bello huerto con las plantas y siembras esenciales para sus platillos. Ahí está la ‘chef Caro’, que nos recibe con la misma alegría de siempre: este es su nuevo rincón al que ha creado y cuidado con mucho detalle. “Es un sueño hecho realidad. Después de haber creado Íkaro, en Logroño, este era un proyecto muy ansiado. Y claro, no solo por nosotros, sino por quienes querían probar y conocer más de nuestra propuesta”, cuenta. “Entonces vino Íkaro Pop Up, con el que nos dimos cuenta que había potencial, que la gente de Ecuador quería volver y, si bien replicar esos platillos de alta cocina no era una opción, este proyecto era algo muy factible. Teníamos ya el equipo que trabajó con nosotros, la acogida de los comensales, las marcas aliadas, entre otros, que hicieron posible ‘cocinar’ este sueño”; así lo afirma Iñaki, mientras sigue cuidando minuciosamente los detalles de cada mesa, de cada silla, de cada platillo que está por salir para confirmar porqué, en efecto, están considerados entre los mejores chefs del mundo.  

Ecuador a la carta 

Son tres espacios distintos: el gran comedor, la terraza y el huerto y un comedor más pequeño con la barra que logran un maridaje decorativo, que indudablemente son esenciales para deleitar todos los sentidos. 

“Cocinar aquello con lo que uno ha crecido toda la vida es maravilloso, es un acto generoso y de homenaje: es volver a las raíces y entregar ese plato convertido en algo más. Hay también nuestra historia personal, nuestra forma de ver al Ecuador y de tenerlo en la memoria…”, afirma emocionada Caro quien garantiza que estará más presente que nunca en este espacio, sin dejar de cumplir sus compromisos televisivos y con Íkaro, en España. 

La experiencia Kriollo ofrece una carta que incluye Seco de Chivo, Papas con cuero, Hornado, Ceviche, empanadas, Mote Sucio, cevichocho Jipijapa, Bollo de camarón, una variedad de panes, jugos y postres que complementan esta visita y nos hacen recorrer el Ecuador de una manera distinta, pero que bien vale la pena. 

Ecuador a la carta 

Son tres espacios distintos: el gran comedor, la terraza y el huerto y un comedor más pequeño con la barra que logran un maridaje decorativo, que indudablemente son esenciales para deleitar todos los sentidos. 

“Cocinar aquello con lo que uno ha crecido toda la vida es maravilloso, es un acto generoso y de homenaje: es volver a las raíces y entregar ese plato convertido en algo más. Hay también nuestra historia personal, nuestra forma de ver al Ecuador y de tenerlo en la memoria…”, afirma emocionada Caro quien garantiza que estará más presente que nunca en este espacio, sin dejar de cumplir sus compromisos televisivos y con Íkaro, en España. 

La experiencia Kriollo ofrece una carta que incluye Seco de Chivo, Papas con cuero, Hornado, Ceviche, empanadas, Mote Sucio, cevichocho Jipijapa, Bollo de camarón, una variedad de panes, jugos y postres que complementan esta visita y nos hacen recorrer el Ecuador de una manera distinta, pero que bien vale la pena. 

 

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