Miles de niñas haciendo compras de costosos maquillajes, preparando su piel para varias cremas cuando aun ni siquiera han cumplido 13 años, gastando tiempo y dinero en productos que, probablemente, recién los necesiten a los 30 años. Sus rutinas las suben a Instagram y TikTok y esto ha alarmado a dermatólogos, cosmiatras y padres de familia. Las marcas, mientras tanto, ganan millones de dólares y promueven más publicidad…

Por redacción Cosas. Fotos: Getty Images y 123RF

Se llama cosmeticorexia y es una preocupante obsesión por el uso excesivo de productos cosméticos, pero el gran problema es que está iniciando desde una edad demasiado temprana afectando cada vez más a niñas y adolescentes. 

Este fenómeno se caracteriza por una adicción al consumo inadecuado de cosméticos, especialmente entre niñas de 10 a 13 años, influenciadas por presiones sociales y comerciales.

El uso y abuso de cosméticos, cremas y otros productos para el cuidado de la piel traen consecuencias en las pieles jóvenes. El marketing despiadado y el desconocimiento de las audiencias por parte de las influencers ha incrementado este problema.

Es esencial que las niñas y adolescentes utilicen productos cosméticos adecuados para su edad y tipo de piel. Las rutinas básicas para esta etapa deben incluir limpieza suave, hidratación y protección solar, siendo suficiente para mantener una piel sana. María del Pilar Pérez Rivas, directora académica del Máster en Dermocosmética y Formulación Cosmética de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), recomienda a los adolescentes con piel propensa al acné una rutina hidratante para mantener la hidratación cutánea y acudir al dermatólogo. No se recomienda el uso de productos como los llamados transformadores, que contienen ácidos, ni de alfa-hidroxiácidos, presentes en los retinoides, ya que no son necesarios a una edad tan temprana y pueden dañar la piel.

El uso inadecuado de ciertos productos cosméticos puede provocar sensibilidad, intolerancias, alergias y agravar problemas cutáneos como la rosácea o la dermatitis. Por lo tanto, es crucial evitar el uso de retinoides y alfa-hidroxiácidos en estas edades, ya que pueden causar daños a largo plazo en la piel. Además, algunos activos de cosméticos pueden ser comedogénicos, lo que puede obstruir los poros y provocar más acné.

Cuidado con los estereotipos y estándares de las redes

Para prevenir la cosmeticorexia, es fundamental educar a las niñas y adolescentes sobre un uso responsable de los cosméticos y luchar contra un mercado que les crea necesidades con fines comerciales. Los adultos cercanos, como padres y educadores, deben limitar el acceso a productos inapropiados, controlar lo que ven en las redes sociales y enseñarles sobre el cuidado adecuado de la piel.

Pilar Pérez, experta en Dermocosmética de la UNIR, menciona que el uso precoz e inadecuado de cosméticos puede distorsionar la percepción de la propia imagen y afectar la autoestima de los adolescentes. La presión social y comercial puede llevar a creer erróneamente que ciertos productos mejorarán la aceptación social o personal. El uso injustificado de los cosméticos a una edad tan temprana puede derivar en una adicción.

Las niñas llegan a la consulta con dermatólogos cuando el problema ya está ahí: complicaciones de piel, manchas, entre otros, por el uso inadecuado de cremas y sueros que son para otra edad. 

Se recomienda buscar información sobre el cuidado de la piel en fuentes confiables, como dermatólogos, médicos estéticos o farmacéuticos especializados, y evitar fuentes no científicas o influenciadas por intereses comerciales. En la sociedad actual, los menores están expuestos a una masificación de la información, lo que aumenta la importancia de educar sobre el uso adecuado de los cosméticos. Se debe enseñar a discernir entre la publicidad y la realidad, promoviendo una relación equilibrada con la belleza y la imagen personal.

En conclusión, la cosmeticorexia representa un desafío significativo en la salud dermatológica y la autoimagen de las niñas y adolescentes. La educación, el asesoramiento profesional y el uso responsable de los cosméticos son fundamentales para promover una relación saludable con la belleza y el cuidado de la piel desde edades tempranas. Es necesario trabajar en conjunto como sociedad para prevenir y abordar este problema, protegiendo la salud y bienestar de las generaciones futuras.

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