Solo quedan tres: Mick Jagger, de 80 años, Keith Richards, de 79, y Ronnie Wood de 76 años. Con su apariencia de piratas longevos, de millonarios cool, de nobles decadentes, de superestrellas de tiempos épicos, los Rolling Stones acaban de lanzar un nuevo álbum: Hackney Diamonds.  

Por Juan Manuel Granja. Fotos: Getty Images 

Ya suman 18 los años que han pasado desde que los británicos lanzaron un disco de canciones inéditas. Sin contar su álbum de covers de 2016, la última vez que presentaron un álbum de material original fue en 2005 con A Bigger Bang.  

Jagger tiene ocho hijos de cinco relaciones diferentes: Karis de 52, Jade de 51, Elizabeth de 39, Georgia de 31, James de 38, Gabriel de 25, Lucas de 24 y el más pequeño, Deveraux, de 7 años, producto de su actual relación con la exbailarina Melanie Hamrick.   Fue un disco cargado de mucha energía pero no lo suficientemente memorable; ha pasado tanto tiempo que incluso los mismos Stones quizá se hayan preguntado si el mundo necesitaba otro trabajo discográfico suyo.  

Además, en 2021, la muerte del baterista que estuvo en el grupo desde sus inicios, Charlie Watts, hizo correr preguntas sobre la continuidad de la banda. Sin embargo, con este nuevo lanzamiento, los Stones afirman una vez más esa eficiencia, esa capacidad para conseguirlo todo que quizá les venga de quien, sin duda, actúa como jefe y cabeza del grupo: Mick Jagger. Y, sin embargo, podría decirse que el “director musical” de la agrupación sigue siendo el guitarrista Keith Richards. Claro, ese “siempre” tiene sus reparos. La primera cabeza, quien creó la banda e incluso le dio su nombre fue el genial y rebelde Brian Jones. El rubio multinstrumentista murió en 1969 en circunstancias que hasta la fecha resultan turbias y sospechosas. Fue hallado sin vida al fondo de su piscina en Cotchford Farm (la hermosísima casa de campo que había sido hogar del autor de Winnie The Pooh) y aún se sigue diciendo que pudo tratarse de un asesinato de alguna forma encubierto por Jagger/Richards para no manchar la marca Stone y su futuro.  

En efecto, los mitos y rumores que rodean a los Rolling Stones son tan innumerables como su cantidad transgeneracional de admiradores. Estas historias (algunos dirían que se trata de fan fiction) mezclan las exageraciones, los chismes apócrifos e incluso las teorías de la conspiración, pero tomando en cuenta que se trata de la banda que firmó el catálogo de los excesos del rock, todo podría ser cierto. La agrupación sigue alimentando esa historia hecha de mil otras historias, además de seguir multiplicando dólares con la lengua afuera. Así, la revelación del nuevo álbum se hizo con la insolencia teatral por la que los Stones son célebres. Llegó tras una campaña misteriosa: una versión brillante y dentada del famoso logotipo de boca y lengua fue proyectada en lugares icónicos de varias grandes ciudades como París, Nueva York y Londres.  

 Hackney Diamonds es una palabra de argot británico para referirse a los vidrios rotos de un auto o de una tienda como consecuencia de alguna agresión o de un robo. Así, aprovechando la expresión, el conjunto también llamó la atención con un anuncio en el periódico de un negocio ficticio de reparación de vidrios: “When you say gimme shelter, we’ll fix your shattered windows” (“Cuando digas dame refugio, arreglaremos tus ventanas rotas”, un juego de palabras con otra canción de la banda, Gimme Shelter).  

Los Stones, como era de esperarse de su habilidad para adaptarse a los cambios de época, no solo se promocionaron en los diarios impresos. La presentación de Hackney Diamonds se convirtió en todo un suceso online pues lo presentaron para el mundo entero en un programa junto a Jimmy Fallon, conductor de The Tonight Show. Fanáticos hicieron largas filas en medio de una ola de calor afuera del teatro Hackney Empire, ante una audiencia compuesta de periodistas, miles de seguidores conectados en línea y celebridades como Sydney Sweeney, actriz de Euphoria y protagonista del videoclip para Angry, el primer sencillo del álbum. 

Este álbum incluye colaboraciones estelares de artistas como Lady Gaga, Stevie Wonder y Paul McCartney. Un toque conmovedor es la inclusión del fallecido Charlie Watts pues toca la batería en dos de las 12 canciones del álbum que fueron grabadas en 2019. Steve Jordan, músico de X-Pensive Winos, uno de los proyectos paralelos de Richards, es el baterista encargado del resto de temas. Grabado en diciembre y enero en estudios de vario lugares del mundo, el álbum tiene a los Stones en equipo con Andrew Watt, productor galardonado con el Grammy, quien ayudó a convocar a dicha espectacular lista de invitados, en la que también destaca el ex Stone Bill Wyman. Angry quiere decir “furioso”, pero Mick aseguró que no todos los temas presentan ese tono de furia. El disco, aseguró, también incluye “canciones de amor, baladas y sonidos de estilo country”. 

Hackney Diamonds no es solo un álbum más, la crítica lo defiende: se trata de una colección de éxitos roqueros que pocos podrían haber imaginado en una época de post pandemia. Las guitarras de Keith Richards y Ronnie Wood son sugestivas e impecables, tienen feeling y un excelente sonido. Dependiendo del momento del disco,  Jagger suena violento, enojado, anhelante o despreocupado. En Angry, por ejemplo, explota y grita: “No ha llovido en un mes, los ríos ya están secos. No hemos hecho el amor y quiero saber por qué”. Mick no parecía tan involucrado en sus canciones desde los años 80. Al final de Live by the Sword, una de las grabaciones junto a Charlie Watts, Jagger aúlla acompañado de un sonido aguerrido de guitarras que nos hace dudar si estamos escuchando algo grabado en el siglo XXI, siglo de música de computador.  Por su parte, en Mess It Up, el vocalista intenta conectar con las nuevas generaciones y les reclama: “Compartes mis fotos con todos tus amigos. Las pones por ahí, eso no tiene sentido”.  

En términos generales, Hackney Diamonds muestra un balance entre la corriente pop de Jagger y el eterno rock-blues de Keith Richards, pero lo consiguen de una manera mucho más elocuente y fluida que en otras placas como Bridges to Babylon (un disco que hoy parece muy muy antiguo, de hecho, Angelina Jolie aparece en uno de los clips promocionales del mismo antes de haber saltado a la fama universal). 

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