El momento del cambio ha llegado.
Por: Sasha Santamaría (Consultora de Moda y Estilo)
Los expertos auguran transformaciones en la estructura del sistema de la moda a causa de la crisis de salud actual. Crédito: Imaxtree
En este momento, el mundo se encuentra atravesando un momento que para muchos nos resulta insólito. De repente, en un instante, nos convertimos en los protagonistas de una película de ciencia ficción cuya trama está determinada por la incertidumbre. Confinados en nuestras casas, aguardamos a que este presente se convierta pronto en un recuerdo del pasado. Lo único seguro que tenemos por ahora es que nada volverá a ser como antes, incluido nosotros. Es indiscutible que estamos en un momento de quiebre y que esta es una instancia que podemos aprovechar para replantear de manera positiva ciertos aspectos de nuestra vida. Con un vasto tiempo libre a disposición, seguramente durante estos días has reflexionado acerca de muchas cosas que hacen parte de tu día a día; la relación que llevas con tu familia, tus amigos, tus sueños, deseos… y por qué no incluir en esta lista la relación que llevas con la moda, específicamente con las prácticas de vestir que ejerces cotidianamente y con la forma en que la consumes.
Considerando aquella hipótesis de que esto no es más que una suerte de llamado de atención que nos convoca a reconocer el daño que le hemos provocado a la naturaleza con nuestras acciones, siendo la industria de la indumentaria una de las grandes causantes de este prejuicio; tenemos en nuestras manos el poder de cambiar este panorama y con nuestras decisiones, contribuir a la disminución de aquel deterioro. No lo veas como algo imposible e inalcanzable de ejecutar, a veces podemos sentirnos intimidados cuando nos enfrentamos a una problemática que nos parece irremediable; pero son las pequeñas acciones las que son capaces de crear cambios significativos. Hay un concepto que resuena constantemente como solución; la sustentabilidad, que aparece como el gran paraguas que ampara otros principios afines que serán los que en la práctica, te llevarán a construir una relación sana, consciente y racional con la moda, modificando tus hábitos de consumo y de vestir. En este glosario que hemos preparado, te daremos detalles sobre cada uno de ellos y nuestra recomendación para que los emplees a cabalidad.
Moda sustentable
A grandes rasgos, hablar de sustentabilidad dentro de la esfera de la moda refiere a un producto cuyo proceso previo de diseño haya involucrado aspectos sociales, éticos y ambientales. ¿Cómo son estas propuestas? Podrás identificarlas fácilmente; destacando aquellas que utilizan materialidades que no resulten contaminantes para el ambiente, en el caso de la ropa por ejemplo, la materia prima textil deberá ser de origen animal o natural, tales como algodón, lino, cáñamo, o fibras de animales como alpaca o vicuña.
Dentro de este marco se incluye el recurso humano, es decir, que el proceso de confección haya sido ejecutado bajo la contratación de mano de obra limpia, asegurando el pago justo a los confeccionistas y a su vez, condiciones laborales decentes. El cuidado de estos aspectos conducirá a un desarrollo sostenible, garantizando así un modelo que a largo plazo no afecte ni comprometa de manera negativa los criterios señalados.
Emma Watson en la Met Gala del 2016 vistiendo un diseño de Calvin Klein elaborado con telas recicladas. La actriz aprovecha sus apariciones para lucir propuestas de moda sustentable. Crédito: Pinterest
Moda circular
Siguiendo esta línea, aparece el concepto de circularidad –lo escucharás también como moda circular- el cual tiene como objetivo alargar el ciclo de vida de los diversos elementos de la indumentaria; ropa, calzado y accesorios, con la intención de que sean utilizados el mayor tiempo posible, explotando todas sus posibilidades de uso, y que luego de haber cumplido su ciclo, puedan ser compostables y que no se conviertan en una amenaza contaminante para el ambiente. Esto se certifica con el punto explicado anteriormente; puesto que durante la escogencia de la materia prima durante el proceso de diseño es que esta probabilidad queda garantizada. ¿De qué manera puedes aplicar este concepto en tus hábitos de moda? Existen diversas alternativas; podrás aplicarlo, por ejemplo, si optas por alquilar ropa en lugar de comprarla, si sabes que necesitas una pieza únicamente para vestir en un evento especial. Comprar en tiendas de segunda mano o vintage también es una gran elección, la meta es que disminuyas tu frecuente necesidad de comprar ropa y te decantes por estas opciones que te ofrecen prendas en óptimo estado que tan solo esperan ser adoptadas por un nuevo dueño, reduciendo de esta manera, la posibilidad de que sean descartadas como basura a un depósito.
Como la intención de la circularidad es prolongar la vida útil de la ropa, la repetición o la reutilización resultan un factor preponderante. Sí, nos referimos a que anules el prejuicio de no repetir una prenda porque te apena que te vean vistiendo lo mismo una y otra vez. Por favor, no dejes que la mirada de los otros condicione tu manera de vestir; plantéatelo como un desafío de estilo, de proponer y explorar múltiples alternativas para combinar aquel vestido que te gusta mucho y así, poder lucirlo las veces que desees simplemente porque te sientes especial cuando lo usas.
En 2019, el proyecto Manifiesto 4 convocó a varios diseñadores colombianos para que bajo su visión, recrearan nuevos diseños utilizando como recurso uniformes de policía que iban a ser desechados. Crédito: Fashion Radicals
Upcycling
Puede suceder que mantengas una relación afectiva muy profunda con una prenda simplemente porque te recuerda un momento específico de tu vida, pero resulta que su estética poco o nada encaja con los lineamientos de la moda actual. Seguro se te habrá pasado por la cabeza desecharla, lo que no sabes es que el upcycling te permitirá reformular aquella prenda y transformarla en una nueva. Esto quiere decir que podrás convertir unos jeans en un top strapless si se aplican magistralmente ciertas técnicas de deconstrucción para transformar su diseño. Para ello, podrás acudir a diseñadores especializados en esta tarea, quienes se encargarán de renovar tus apreciadas prendas. O si cuentas con habilidades de costura, puedes atreverte a hacerlo tú misma. Incluso, si no deseas realizar una alteración drástica, basta con subir el hilván de una falda midi para transformarla en una mini falda y ¡listo!, tendrás una nueva prenda en tu armario.
El upcycling aplicado en la moda propone la deconstrucción de las prendas para generar una completamente nueva.
Greenwashing
Este concepto aparece como advertencia para ponernos en alerta y permitirnos reconocer aquellas marcas que profesan un discurso sustentable con el objetivo de “lavar” su imagen, luego de haberse visto involucradas en casos de explotación laboral y contaminación ambiental. Así, indagando en los antecedentes de estas propuestas, podemos determinar si su intención ecológica y socialmente responsable es verdaderamente genuina o no es más que una estrategia de marketing. Toma con pinzas aquellas que indiquen en sus etiquetas frases como “eco-friendly” o “100 % sustentable” cuando sus precios estén muy por debajo del valor promedio del mercado. Bien dicen que lo barato sale caro y posiblemente, detrás de esa prenda se esconde un proceso de producción nada ético. Si bien es cierto –y para no caer en radicalismos- poco a poco las marcas de moda rápida están adaptando su saber hacer a este nuevo paradigma de lo sustentable, lo cual se evidencia a través de sus innovaciones en materia textil, como el caso de H&M y su proyecto Orange Fiber, en el que recupera residuos de naranja para elaborar un tipo de seda; o trabajando conjuntamente con casas artesanales tal como lo realiza la española Zara junto a Manteco, la tradicional marca italiana especialista en tejidos de lana. Solo recuerda afinar tu criterio de selección al momento de considerar estas propuestas.
Una de las piezas del proyecto Orange Fiber de H&M. Crédito: H&M web
Localismos
Tal como indica su nombre, esta expresión hace referencia a lo local, a lo autóctono, lo que en términos de diseño podemos traducir a aquellas manifestaciones que se producen dentro de un determinado territorio. La apuesta va hacia los diseñadores de autor; a aquellas propuestas que constan de un concepto particular y que utilicen entre sus componentes materiales propios de la región. Por supuesto, esto incluye el producto artesanal, así que anímate a visitar los mercados artesanales o pequeños comercios de artesanos para adquirir piezas dotadas de un alto valor simbólico y ancestral.
Los mercados artesanales son el espacio preciso para encontrar piezas que combinan tendencia y folclore. Crédito: Azuayaldia.com
Instagram: @sasha.santamaria
Blog: http://elalbumdemanuela.blogspot.com/