Teatro, cine y música: la trayectoria de esta artista es tan amplia como los éxitos que ha logrado con cada nuevo proyecto. Sin embargo, el aplauso no es algo que la embelesa. La autenticidad de Mía es la que le ha permitido cambiar de género musical, probar, gozar y sentir que siempre hace lo que ama. Y eso es suficiente.
Por María José Troya C. @mariajosetroya Fotografía: Soledad Rosales @rositasoledades Estilismo: Paulina Andrade @paulina.andrade.m Vestuario: Brands Collection @brands_ec Mimika @mimika_leather_ec One Popup @onepopup.ec Palo de Mayo @palodemayo.ec Makeup: Daniela Soria 0987848771 @danielasoriastudio Peinado: Fernanda López Herrera 098-425-7051 @fer.lopez.makeup Asistente foto: Juan Camaniero @juancz96 Post producción: Alejandro Pineda @apinedaretoucher
Acaba de bajar de las tablas de Jesucristo Superstar interpretando a María Magdalena, en donde su registro vocal y su tinte dramático volvieron a impresionar. Su naturalidad para actuar es innata, aunque con seguridad también está en su ADN gracias a su familia llena de artistas. Sin embargo, su experiencia en el teatro y frente a las cámaras se ha ido consolidando gracias a los retos artísticos en los que se ha involucrado. No le tiene miedo al cambio. Los desafíos claramente son una motivación personal y le han encaminado al éxito.
Es así como después de una temporada intensa con esta obra y después de haber sido parte del elenco del filme Amor en Tiempos de Likes se ha vuelto a concentrar en la promoción de su sencillo, Háblame Claro con el que se ha unido a la gran ola de artistas que surfean entre lo pop y lo urbano. Ese cambio inesperado no ha pasado desapercibido: su potente voz y su inspiración –que la hemos escuchado en baladas, rock y blues– sorprenden en una canción con tintes de reguetón y un lenguaje más sencillo, pero que finalmente lleva un mensaje de amor. Esa es entonces la primera ‘probada’ de una secuela de composiciones que pronto verán la luz.
Al inicio de la entrevista, comenta que todas estas cosas buenas y los grandes proyectos que han llegado se remiten a una decisión que cambió radicalmente su vida y su visión del arte: decidió dejar el alcohol hace cinco años. Y, para Mía, ese punto de inflexión fue definitivamente el que le permitió evolucionar y acercarse a esa versión de ella misma que tanto soñó. El cambio, afirma, se nota desde afuera (en un rostro más alegre, más juvenil y fresco), pero lo que real- mente cambió es algo mucho más profundo: el fuerte alcoholismo al que se enfrentó nunca le hubiera permitido crecer o ver nacer a estos proyectos que hoy son fuente de vida.
La Mía Terán de ahora es alguien totalmente diferente a lo que hemos visto en anteriores lanzamientos, en fondo y forma…
¡Sí! Siento que he vivido muchos, muchos cambios, pero todos han sido para mejor. Desde lo físico, lo que llevo dentro, la inspiración, mi mente… cambios positivos que responden a un trabajo personal que he venido haciendo. Me gusta mucho la psicología, trabajar en mi y siento que, con los años, esas inseguridades que tenía cuando empecé a los 17 años, se han ido. Algo muy importante también es que dejé el alcohol, lo que me ha permitido dar ese cambio tan esperado. Es estar presente todo el tiempo.
¿Sientes que esa relación con el alcohol te puso en peligro en determinados momentos?
Sí, claro. Me puso en riesgos y peligros innecesarios, puse además en riesgo a gente que yo quiero, a relaciones que son importantes en mi vida y cuando dejé de tomar, también las personas que tuvieron que irse se fueron.
El alcoholismo siempre lleva un estigma social. Confesar este problema, evidentemente grave, ¿llegó a afectar tu carrera o tus relaciones familiares?
Al contrario, siento que las cosas mejoraron. Pero sí, al principio a la gente le chocaba esta confesión. Sobre todo, porque no era común que una pelada de 23 años comparta su problema y decida dejar de tomar. Pero en general, dejar el alcohol no está bien visto en un inicio y te cuestionan demasiado. Luego llega el momento en que te apoyan en esta decisión de vida, te admiran y te respetan por hacer ese proceso. El impacto en mi carrera también ha sido increíble: me veo más joven, hay madurez en mis composiciones, tengo claridad mental…
En esta transición ¿qué fue lo que te impulsó a lanzarte al reguetón?
¡Soy roquera y popera de alma!. Lo sigo siendo porque es la música con la que crecí gracias a mis papás. Pero también soy milennial y he crecido con el reguetón: siempre me ha gustado, siempre me he sabido las canciones, he bailado y he sido una fan constante. Debo contar también que me he sentido juzgada por el gremio artístico, sobre todo porque soy cantante y mi familia es de artistas. Honestamente, sí tenía ese temor de qué van a decir, pero creo que es importante que un artista sepa adaptarse a lo que está sucediendo y sobre todo hacer lo que a uno le gusta. El hecho de que sea roquera no quiere decir que no pueda hacer otro género. Además, me siento bastante versátil para hacerlo. Escucho a diario a Sebastián Yatra, a Danna Paola, a Greeicy, a Sofía Reyes y Karol G y me di cuenta que si los admiro y me gustaría colaborar con ellos en algún punto de mi vida, por qué no voy a hacer yo esa música si tanto me gusta. ¡Qué me importa lo que digan! Si a fin de cuentas si me hago metalera o canto boleros igual van a hablar… Estoy en una etapa en la que me siento más yo que nunca, y sobre todo, siempre hablo de cosas importantes en mi vida más allá del ritmo.
¿Te ha costado cambiar a este nuevo registro?
En el género urbano es mucho más sencillo, más simplificado –no tiene los melismas o adornos- pero eso no implica que sea más fácil. Se me ha hecho difícil cantar pop urbano, como yo lo llamo. Fue un reto grabar Háblame Claro porque la interpretación es totalmente diferente, no hay arreglos, es más corto, las palabras, pero es cuestión de aprender.
Antes yo escribía mis canciones sola, con metáforas y adornos vocales; en este nuevo género se valora la simplicidad, lo más directo, sin tanto rodeo. El tema de la colaboración es esencial en la composición. Trabajar en equipo es la clave para lograr los resultados: saber escuchar para tener el resultado que se espera. Ha sido un aprendizaje increíble.
¿Qué más se viene?
A finales de mayo sale mi segundo sencillo que es una colaboración con una de mis mejores amigas, Mariana Gómez, cantante y actriz colombiana reconocida por su papel en la Reina del Flow. Nos conocimos hace 10 años en New York, estudiamos teatro musical cuando recién empezábamos a soñar y a encontrar nuestro camino artístico. Ahora tenemos la dicha de cantar juntas una canción ¡bomba! que habla de empoderamiento femenino. Estaré sacando canciones cada dos meses y para el próximo año llega un álbum que está ya listo. ¡No voy a parar!
¿Pusiste en pausa muchos sueños a causa de la pandemia?
Sí, como todos. Pero sirvió para redescubrirme y saber cuáles son realmente mis sueños. Durante la pandemia –ósea no hace mucho- pensaba que mi sueño más grande era ser mamá.
¿Ahora ya no quieres la maternidad?
Es algo que sí quiero, quiero ser madre definitivamente, pero antes tenía en la cabeza que eso tenía que ocurrir a los 27 años porque a esa edad mi mamá me tuvo a mi. La pandemia entonces vino a replantear todo, a cambiar mi chip, a ordenar mis ideas y prioridades. Me di cuenta que mis anhelos son otros y quiero cumplir la parte profesional antes de que llegue esa parte más familiar.
AMORES E INSPIRACIÓN
Mía no tiene miedo de contar sobre sus amores y sus desilusiones. Los lleva con madurez y con la certeza de que muchas relaciones son pasajeras, pero dejan aprendizajes valiosos. Así es como finalmente llegó Háblame Claro, en la que evidencia la importancia de decir las cosas de frente, sin miedos, sin presiones, tan solo con la consigna de la transparencia para lograr la paz, pero también el amor. “Es necesario hablar claro incluso para que las relaciones terminen bonito, sea lo que sea esa relación. Es posible tener una linda amistad después de todo”, afirma.
Háblame Claro estuvo dedicada para alguien en particular y, a pesar de que no fue algo duradero fue trascendental pues con esta canción arrancaste una nueva etapa…
¡Sí!, pero no es el único hombre en tener una canción (risas). Mi primer tema Me Voy fue para mi primer amor de la vida, luego estuvo Nos Arriesgamos para alguien que fue también muy especial. De hecho, con Háblame Claro se plantea la necesidad de ser directos, más que un sentimiento. Ahora que la canto pienso en toda la gente que no me hablado de frente y por ende, en todos con quien yo tampoco lo hice. Ahora yo soy una persona que dice las cosas como son, cuando necesitan ser dichas y eso es importante para mi.
Tu padre –Juan Carlos Terán- y tu madre -Cristina Rodas- son dos artistas reconocidos del país y con una vena –probablemente- más tradicional frente a la música. ¿Cómo ellos recibieron a este proyecto musical?
Fue interesante porque a mi papá no le gustaba para nada el reguetón. Le expliqué entonces que el pop urbano es muy diferente en ritmo, composición y en sonoridad. Evidentemente le gustó el resultado. Pero fue algo que no lo vio venir. En cambio mi mamá, ¡sabe todo! Ama el reguetón, el pop urbano, sabe todo de los nuevos artistas porque le gusta el ritmo y es curiosa. Es fantástico el apoyo que he recibido de mi hermano Matías a quien adoro con toda mi alma y el respaldo constante y el cariño del esposo de mi mamá: su amor y confianza -en todas los proyectos que he hecho- le han dado mucho sentido a este disco. El amor y la gratitud que les tengo es enorme y se me van hasta las lágrimas porque todo esto sucede por y para ellos. Son las personas que marcan el ritmo de mi vida.
MÍA EN UN FLASH
¿Eres vanidosa?
Siempre lo he sido, pero ahora me cuido más por salud y no por algo fatuo.
¿Quiénes te dicen María José?
La gente más cercana, los que me conocen de toda la vida. Mis papá me dice Majo y hay quienes me dicen Majito. Me gusta mi nombre, pero necesitaba algo artístico.
¿Cuándo nació el nombre Mía?
Salió en 2015, en Guadalajara con mi mamá. Allá nos dimos cuenta que necesitaba algo diferente para mi carrera y que fuera fácil de pronunciar.
¿Lo que más te ha costado lograr al cambiar de género musical?
Lo más difícil ha sido el cambio en el lenguaje visual en mi día a día. Esto de tener una imagen más urbana es complicado (risas). Me encanta el estilo, pero me cuesta.
Una canción para enamorar:
Tengo ganas, de Andrés Cepeda.
Una canción para bailar ‘intensamente’
Tusa, de Karol G.
Un día especial para recordar:
El 26 de abril de 2017, el día en que dejé de tomar.
Reguetoneros que admires y con quieras compartir escenario:
Danna Paola y Sebastián Yatra.
¿Cuántos tatuajes tienes?
¡18! Y mi favorito es el que dice SOLTAR y está en mi mano para recordarme a diario lo importante que es dejar ir y fluir.