A un año de la muerte del príncipe Philip, el icónico bote que manejó durante 30 años, será subastado el próximo 10 de abril. 

Por Arianna Gonzáles

En 1958, se tomó una fotografía que resalta entre los archivos de la familia real. En ella aparece el príncipe Philip, conduciendo un yate al lado del príncipe Charles, cuando este solo tenía diez años, en la Cowes of the Isle of Wight, competencia en la que participaron debido al interés del consorte británico por los deportes.

De aquel evento han pasado varios años, pero la fotografía se ha mantenido vigente e incluso, volvió a recordarse cuando después de la muerte del príncipe Philip, Charles la usara en las notas de agradecimiento de los mensajes de condolencia por el deceso de su padre.

Sin embargo, más allá de la imagen, el bote que conducía Felipe ha vuelto a ser noticia, incluso un año después de su muerte, al ser anunciado dentro de una subasta, programada para el 10 de abril, un día después de su aniversario de fallecimiento, en Chichester, Inglaterra.

El bote 1956 Albatross MkIII Super Sports Runabout del príncipe Philip fue muy popular en su época dado que sus propietarios eran considerados “clientes distinguidos”, como el Príncipe Rainier de Mónaco quien llegó a tener seis botes de la marca Albatross.

La pieza espera generar una ganancia entre 26 mil a 39 mil dólares. Sin embargo, representa un precio bastante bajo a pesar de que se trata de una pieza histórica que, según expertos en la subasta, pudo haber sido conducido por la princesa Diana.

El príncipe Philip y los botes

príncipe Philip

El príncipe Philip y la reina Elizabeth se conocieron durante el tiempo que pasó en la Marina Real Británica.

El amor del príncipe Philip a todo lo relacionado a la vida marítima era inevitable luego de haber servido a la Marina Real Británica durante 14 años, durante los que tuvo la misión de transportar a su futura esposa, cuando solo era princesa, a su hermana, Margaret, y a sus padres, el rey Jorge VI y la reina Madre Isabel.

Por ello, el bote proximo a subastarse representa un artículo importante para la Corona, al menos con valor sentimental. Sin embargo, aún no se sabe si el dinero ganado de la venta del bote se destinará a la monarquía o a uno de los tantos patrocionios que el príncipe Philip tuvo en vida.

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