El actor no solo es un experto en hacer cintas taquilleras de acción, sino que además su registro dramático es impecable, tal como lo demostró en Ali y Concussion. Esta vez vuelve al spotlight gracias a King Richard, la historia de las hermanas Williams.

Por Yenny Nun. Fotos: Getty Images

Will Smith ha empezado desde hace varios meses una campaña mediática muy fuerte para llegar al Oscar. Según sus seguidores, él está desesperado por la estatuilla y afirman que ha tenido que sacar sus trapos sucios e historias polémicas para lograr más visibilidad. Su matrimonio ‘abierto’, sus dramas personales e historias nuevas son el gancho para lograr más espacios de lo habitual.

Es uno de los tres acores de películas de acción en lograr que siete de sus filmes superaran la barrera de los 100 millones de dólares (incluyendo I Robot, I Am a Legend y Men in Black; recibió nominaciones gracias a su magistral interpretación en The Pursuit of Happiness. Ahora estrena El Método Williams o King Richard, en español, otra caracterización excelente que le significó una nominación por sexta vez a los Globos de Oro. En la cinta, el actor interpreta a Richard Williams, padre de las campeonas mundiales de tenis Venus y Serena Williams. Completan el elenco Demi Singleton y Saniyya Sidney, quienes encarnan a sus hijas y Aunjanue Ellis encargada de interpretar a Brandi Williams, la mujer de Richard y madre de estas dos atletas extraordinarias.

Will Smith nació el 25 de Septiembre de 1968 en Filadelfia. Su padre Willard Sr. era una veterano de la Fuerza Aérea y posteriormente a cargo de una empresa de refrigeración mientras que su madre Caroline, integraba el Directorio de un Colegio en Filadelfia.

Cuando crecía lo apodaban “el Príncipe”, a raíz de su hiperactividad, mucha energía y su especialidad de contar chistes que cambiaba de acuerdo a cuál era su audiencia étnica. A los 12, comenzó a interesarse en el rap y cuatro años más tarde, conocía a DJ Jazzy Jeff en el patio de su colegio con el quien decidieron probar suerte como músicos. El dúo comenzó presentándose en fiestas locales y al poco tiempo Will ya era muy popular como resultado de sus letras divertidas y por no usar pa- labras obscenas recordando que su abuela le había inculcado que “las personas verdaderamente inteligentes, no necesitan usar ese tipo de palabras”.

En 1986, 30 días antes de su graduación, una compañía discográfica les ofreció grabar su primer álbum que fue muy bien recibido. La carrera musical del joven se fue a las nubes y a los 21 ya era millonario. Posteriormente, aconsejado por el productor Quincy Jones, Smith decidió seguir por el camino de la actuación, aceptando protagonizar la serie The Fresh Prince of Bel Air, diseñada especialmente para él y por la cual se nominó a su primer Globo de Oro en la categoría de mejor actor televisivo de comedia o musical y el resto es historia.

UN LEÓN PROTECTOR

¿A qué le atribuye su éxito y haber llegado donde está?

“A las estrellas y a Dios. Algunos lo describirían como una bendición y otros como suerte, pero es algo que se encuentra totalmente fuera de mi control. Creo que también influye que he trabajado muy duro, soy un perfeccionista. Trabajo muchas horas y no puedo dejar el set sin saber que he dado lo mejor de mi. No puedo dormir sabiendo que algo no resultó bien, soy muy obsesivo”.

Will Smith nunca estudió Arte Dramático explicando que, “frente a las cámaras, mu- chas veces soy yo mismo, no creo ser tan gran actor, pero lo cierto es que trabajo súper duro hasta quedar satisfecho de mi interpretación. Describiría muchas de mis películas como “popcorn gourmet”, porque a pesar de los efectos especiales, en su centro siempre contienen una pequeña historia dramática muy emotiva ”.

¿Aún conserva las mismas amistades de sus inicios profesionales?

Muchas de las personas en mi equipo actual, son las mismas con las cuales comencé mi carrera actoral cuando tenía 23 años. Con todos ellos, comparto una historia profunda. Y es una de las bendiciones de mi vida y de mi carrera. Nunca hubo un momento, cuando miré hacia el lado y no tenía allí a un buen amigo, comenzando con el DJ Jazzy Jeff, mi segunda mujer Jada y mi manager James Lassiter, uno de mis buenos amigos del colegio, quien ha sido mi mánager durante 35 años.

¿Cómo lo ayudó a tener tanto éxito?

Cuando comencé a actuar, le comenté a James, que deseaba ser el actor más popular del mundo y él me contestó, “eso significa que tienes que hacer las películas más taquilleras del mundo”. Días más tarde, me mostró una lista con las 10 cintas top hasta esa fecha. Decidimos descubrir que compartían en común y nos dimos cuenta, que todas tenían efectos especiales, criaturas y algunas también historias de amor. Por lo que cuando elegimos Independence Day, Men in Black, I Robot y Enemy of the State y vimos los buenos resultados, nos dimos cuenta que íbamos por el buen camino.

¿Por qué anhelaba convertirse en el mejor actor del mundo?

Fue por una novia que me fue infiel cuando yo tenía 15 años. En ese momento, hice un pacto conmigo mismo que me convertiría en el mejor actor del mundo y entonces nadie más me engañaría. (risas)

¿Qué lo llevó a escoger King Richard como su nuevo proyecto?

El hecho que Zach Baylin escribió un guión excelente y después de leer las primeras 10 o 15 páginas, sentí mucha emoción y supe que aceptaría.

¿Cómo describiría a su personaje?

Richard era un hombre duro con quien interactuar, tenía muchos defectos, pero también grandes cualidades, incluyendo la belleza de su corazón. Era estricto, pero cariñoso. De niño fue atacado por una pandilla de hombres blancos y esto lo llevó a dedicar su vida a proteger a su familia. No permitía que nadie entrara dentro de su círculo familiar porque no deseaba arriesgarse a que sus seres queridos fueran heridos. Su personalidad creó una dicotomía interesante que espero haya logrado mostrar frente a las cámaras.

¿Las actrices que interpretan a Venus y Serena practicaban el deporte?

No, tanto Saniyya Sidney como Demi Singleton aprendieron a jugar para esta película e incluso Saniyya, quien es zurda, aprendió a jugar con la mano derecha.

¿Tuvo oportunidad de conversar personalmente con ellas?

Junto al director portorriqueño, Reinaldo Marcus Green, entrevistamos a Venus, quien nos contó acerca del método Jedi que utilizó su padre. Todos se imaginarían que él obligaba a sus hijas a jugar tenis, pero Richard hizo algo totalmente distinto como nos relató su hija: él usaba un método por el cual ellas terminaban rogándole que las dejara jugar tenis. Dios, la fe, la familia, la contribución a la familia humana, la educación, todo eso venía primero antes que el deporte, el cual se transformaba en una especie de premio si cumplían con todo lo anterior. Sus padres usaron el tenis para hacerlas mejores seres humanos. Y el castigo era que no podían jugar. Lo increíble, es que Richard les enseñó a jugar tenis a sus hijas, sin ni siquiera saber jugarlo hasta que llegó el momento en que ellas ya necesitaron continuar con entrenadores profesionales.

¿Ambas interpretaron todas sus escenas?

Casi todas, pero las movidas más complicadas y difíciles se realizaron con tenistas profesionales.

¿Mientras trabajaban en la cinta les afectó la Pandemia?

Tuvimos que cerrar el set después de grabar durante dos meses. Estuvimos en cuarentena durante 3 meses, lapso en el cual todo el elenco tuvo que mantenerse en sus personajes. Saniyya y Demi regresaron unos cuantos centímetros más altas (risas). Respecto a Aunjanue y yo, tuvimos tiempo para “marinar” nuestros caracteres y cuando regresamos al set, sentimos que volvimos a nuestra familia.

UNA INFANCIA DOLOROSA

¿Siempre ha sido tan optimista y alegre?

Han existido dos instancias críticas en mi vida cuando perdí esa alegría. Siempre he amado la vida, el vivir, pero durante mi infancia, hubo un par de eventos traumáticos cuando aprendí a escapar a través de mi imaginación. Desde siempre he tenido la habilidad -sin importar de lo que ocurra en mi vida y en el mundo- de ser capaz de desaparecer en mi imaginación y crear un lugar hermoso que bloquea lo negativo que está ocurriendo afuera. Lo considero como un regalo, sobretodo porque siempre, logro ver el lado divertido de las cosas. Aún no me explico porqué, pero incluso en los peores momentos, como en los funerales, puedo ver cosas que son divertidas. La comedia me ha ayudado a sobrevivir los momentos difíciles de mi vida y siempre supe que esos momentos no continuarían para siempre.

¿Cómo se describiría cuando era un joven de 20 años?

Era un tipo que le importaban muy poco las reglas establecidas, lo que me permitió crear muchas cosas, porque existe poder en la ingenuidad de no saber. Me encantaría recuperar parte de esta imprudencia, lo que he estado buscando en estos últimos años de mi vida. En mi juventud, existía una libertad e impulso en mi forma de ser que me gustaría reencontrar.

¿Le ocurrió algo por ser tan impulsivo?

Cuando comencé profesionalmente en el negocio de la música tuve éxito y gané mucho dinero, pero luego lo perdí todo; aquello me hizo recapacitar y ser más humilde, sobretodo después de tener que vender mi casa y mis automóviles. Siento que fui bendecido cuando se me presentó una segunda oportunidad. Mi experiencia anterior realmente me aterrizó. Ahora no tomo mi éxito como algo garantizado.

¿Qué le enseñó su madre?

Por ejemplo, si íbamos a entrar a un lugar y yo entraba primero, ella no decía nada y esperaba afuera sin entrar, hasta que yo me daba cuenta y entonces me devolvía para abrirle la puerta. Lo mismo retirándole su silla en el comedor. En otras palabras, me enseñó a ser un caballero. Y ahora yo lo aplico con Jada, mi mujer (risas). Para mi mamá, también era muy importante la educación, pensaba que sin educación no se podía sobrevivir, sobretodo en el caso de un joven afroamericano como yo. Por eso le costó verme como un rapero profesional.

¿Qué nos puede contar de su padre?

Era un empresario con un negocio de refrigeración: vendía freezers a los supermercados y también entregaba hielo a los minimarkets. Era estricto y a menudo nos advertía, “o cumples con tu trabajo o no ocurrirá nada”.

Will Smith acaba de lanzar su auto-biografía titulada Will donde se explaya acerca de la tortuosa relación con su padre alcóhlico Willard Smith. Durante una presentación del libro en el teatro Dolby de Los Angeles acompañado por la productora y directora Ava DuVernay, señaló: “En mi libro cuento cosas que nunca antes había revelado. Mi padre murió en 2016 y recién entonces sentí tener la libertad para contar la verdad acerca de mi infancia. Aunque mi padre fue una persona complicada, era y aún continúa siendo mi héroe.”

Luego, bastante emocionado, leyó algunos párrafos de sus memorias. Cuando finalizó la lectura, el actor explicó a la audiencia que antes de publicar el libro, reunió a su familia para que juntos lo leyeran y comentaran las partes que preferían que no se incluyeran. “Fue un proceso catártico”, explicó.

“En casi todos los recuerdos de mi infancia, me sentía asustado y pensaba que era un cobarde. Cuando tenía 9 años, vi a mi padre pegarle tan violentamente a mi madre en un lado de la cabeza, que ella se cayó. Ese momento, en ese cuarto, define más que nada, quien soy hoy. Toda la risa, el éxito y la atención que generé en mi vida, han sido una manera de pedirle perdón a mi madre por mi inacción ese día al no haber enfrentado a mi padre. Logré escapar de la oscuridad gracias a mi imaginación, a la música y a mi carrera como rapero. A los 15 años, sentí que tenía poder y en lugar de no continuar con mi vida, opté por seguir adelante”. (Los padres del actor se divorciaron cuando él tenía 13 años).

NO SER DEMASIADO CONTROLADOR

¿Cómo ha logrado mantenerse tan joven y en tan buena forma?

Ahora siento que me cuesta más (risas) porque me encanta la comida dulce, puedo comer donuts para el desayuno, una tarta al almuerzo y un poco de pastel y helado en la cena. Me estoy dando cuenta a los 53, que mi “diente dulce” se está convirtiendo en un estilo de vida. Antes solía ponerme en forma en dos o tres meses, pero actualmente, es algo mucho más difícil.

¿Siempre quiso ser padre?

Deseaba convertirme en padre toda mi vida, crear mi propia familia. A raíz de lo sucedido en mi infancia, quería hacerlo mejor. Trey, mi hijo mayor de mi primer matrimonio, tiene 29 años y cuando nació, le pedí a Dios que me hiciera un buen papá. Más tarde me sentí bendecido, cuando nacieron Jaden, en 1998, y Willow en el 2000, mis hijos de mi segundo matrimonio con Jada (Pinkett).

A raíz de su propia experiencia en su infancia, ¿qué filosofía ha usado para criar a sus hijos?

Deseo ser como un ovejero, más bien los sigo en lugar de liderarlos. Les he permitido ir en frente, que construyan su propio camino, todos deben cometer sus propios errores para aprender de sus experiencias. Dios nos enseña a través de las experiencias, por lo que ellos las tienen que vivir.

¿Qué nos puede contar de Jada?

Éramos muy amigos y con el tiempo nos enamoramos. En 1997 nos casamos y decidimos formar una familia. Ambos, respetamos la idea del amor y de apoyarnos entre nosotros dos para crecer y llegar a ser las mejores versiones de nosotros mismos. Tuvimos la idea de integrar a mi primer hijo Trey a nuestra familia, sin dejar de lado a su madre, mi primera mujer Sheree. Por ejemplo, después de nuestro matrimonio con Jada, Trey eligió el nombre de su futuro hermanito Jaden Christopher.

¿Qué consejos le ha dado su mujer?

Jada me dice que no puedo dejar las cosas ir, que siempre deseo que todo resulte perfecto y que para mi es difícil dejarlas pasar, a pesar de no tener control sobre ellas. Ella siempre me repite “está bien cariño, cálmate, déjalo ir”. Jada tiene razón, estoy tratando de no ser tan controlador.

Con lo que ud. ha aprendido hasta ahora ¿qué consejos le daría hoy al joven Will Smith?

No tener sexo con todos (risas). Muchas personas pueden ser solo amigos (más risas). Le diría que desear algo no significa que lo debemos tener y he logrado aprender a disfrutar la belleza de una flor sin necesidad de cortarla. El mundo material es bello y puede deleitarnos sin necesidad de comprarlo todo y llevarlo a casa.

¿Qué ha sido lo más difícil para ud.?

A medida que se envejece, tratar de encontrar un nuevo camino para mostrar el arte sin aferrarme al pasado. Encontrar una manera nueva de estar en el mundo, sobreponiéndome a los traumas y a los errores que se cometieron, pero sin aferrarme a las cosas que se hicieron bien.

¿Cómo resumiría su filosofía de la vida?

Diría que la vida es un viaje de comenzar sin saber a saber, de no entender a entender, de estar confusos a tener claridad. Como seres humanos, nuestro trabajo es lograr desentrañar este reto, aprender y saber que en el camino nos daremos golpes duros. Necesitamos aprender a nadar y algunas veces creemos que sabemos hacerlo antes de tirarnos al agua, pero eso no funciona.

¿Quién le ha dado el mejor consejo de su vida?

Mi abuela quien me repetía, “la honestidad y la bondad van de la mano. Nunca seas tan honesto para no ser bondadoso y nunca seas tan bondadoso para no ser honesto”.

¿Planes futuros?

Quizás incursione en la política porque el actual clima político-social me ha afectado de tal modo que, muchas veces, no puedo dormir por las noches.

Una vocación que vaticinó el expresidente Barack Obama, cuando en una oportunidad le dijo a Will Smith, “si algún día alguien me interpreta en la pantalla, quiero que esa persona seas tú”.

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