Durante el 2023 existió una mayor participación de mujeres en el mercado laboral, según la OIT ( Organización Internacional del trabajo). Un 51.8% del total de mujeres en América Latina se encuentra en ocupación laboral, un mejor indicador previo al Covid-19, sin embargo también se visibilizaron mayores retos como la sobrecarga de tareas no remunerada del hogar, sensación de burnout, culpabilidad, entre otros.
Por Christian Hidalgo S. Psicólogo experto en RR.HH. Fotos: 123RF
La RAE describe a la culpa como una omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado. Sin embargo, este sentimiento es cada vez más común en madres trabajadoras: la percepción de no poder dedicarle tiempo necesario a sus carreras profesionales debido a las obligaciones familiares y no encontrar apoyo de sus parejas en la administración de tarea del hogar y crianza, limitan el crecimiento profesional o personal de las mujeres. El término conocido como el “piso fangoso” describe mejor este fenómeno.
Aquí, veremos algunos datos de interés que nos ayudarán a entender mejor la situación que viven algunas mujeres en el ámbito profesional y personal: la OIT en su estudio de Panorama laboral en América Latina y el Caribe señala que “a nivel mundial, las mujeres realizan el 76,2% de todo el trabajo de cuidado no remunerado, dedicando 3,2 veces más tiempo a estas tareas que los hombres. Esto se traduce en que 606 millones de mujeres en edad de trabajar (21,7%) realizan trabajos de cuidado no remunerados a tiempo completo, en comparación con 41 millones de hombres (1,5%).”
Entonces, ¿cómo esto impacta en el desarrollo de la carrera de las mujeres dentro de las organizaciones?
El éxito profesional puede venir acompañado de una trampa emocional, si bien entre mayor crecimiento profesional puedes obtener, también es una realidad que las responsabilidades exigen un nivel de dedicación que desequilibra la vida integral de una mujer profesional.
1. Conciliación familiar: Algunas mujeres prefieren no tomar un rol de mayor responsabilidad con el objetivo de conciliar de mejor manera la vida profesional y personal.
2. Madres solteras: Al no contar con un sistema de apoyo tienen más retos en su desarrollo profesional que aquellas que cuenta con un sistema soporte.
3. Networking: El tiempo destinado a construir un ecosistema de relaciones profesionales es menor que el de los hombres.
4. Síndrome de la impostora: Sensación de poca confianza profesional, generando duda sobre si se podrá asumir nuevos roles y balancear la vida familiar; se cree que no se es merecedora de un puesto de mayor visibilidad.
5. Tiempo personal: La Universidad de Westminster, realizó un estudio a un grupo de madres y descubrió que el 93% de las madres que se dedican tiempo a sí mismas en lugar de a la familia, termina sintiéndose culpable.
Sonsoles Fuentes en su libro Soy Madre, trabajo y me siento culpable, explica que a pesar de los cambios acontecidos en las últimas décadas, existen mujeres que no han podido encontrar el anhelado equilibrio entre la vida profesional y el entorno familiar, no han eliminado el complejo de culpa que las acompaña cuando tienen hijos y trabajan fuera de casa, entre otras situaciones que minan su autoestima y su rendimiento. El mito de las Súper Mamás que lo pueden todo, solo refuerza un estereotipo de género que impacta en varias mujeres profesionales.
¿A quién no le ha pasado que cuando está en la oficina piensa en sus obligaciones en la casa y cuando está en la casa piensa en las tareas pendientes en la oficina? Y es que, al no estar al 100% en todo genera una mayor presión personal y profesional, pero ¿cómo podemos trabajar para mitigar esta emoción negativa?.
Reconocer y aceptar las propias limitaciones: El balance perfecto no existe. Es esencial entender que nadie es perfecto y que todas las madres tienen limitaciones. Aprender a tomar retos profesional y a consensuar con tus líderes acuerdos flexibles que te permitan desarrollar profesionalmente.
No eres Super Women: El nivel de sobreexigencia solo puede generar más culpa y estrés. Alza la mano, pide ayuda, aprende a decir no o llega a acuerdos.
Buscar apoyo y comparte las experiencias: Hablar con otras madres y compartir las experiencias en tu trabajo, o tu grupo cercano, puede ser de gran ayuda no solo para eliminar el síndrome de impostora, sino para celebrar los pequeños y grandes logros.
Practicar el autocuidado: Una persona realizada debe cuidar de sí misma; dedicar tiempo para descansar, cuidar de la salud física y emocional que resulta fundamental para no ‘perderse’.
Conexiones profesionales: encuentra el grupo de profesionales que mejor se ajusta a tu carrera. Sentirte identificada con otras profesionales puede ayudarte a tener un grupo de contención; si en tu organización no existe, aprovecha los espacios laborales para generar relaciones profesionales que potencien tu carrera.
Estos sentimientos de culpa pueden tener un impacto negativo en la salud mental y emocional de las madres, generando estrés, ansiedad y baja autoestima. No existen súper mujeres, existen seres humanos que buscan el correcto balance de acuerdo a sus necesidades. Disfruta tu crecimiento profesional sin culpa, asegúrate de tener un equipo que te apoye.