Suaves peluches, dulces gatitos y lindos personajes de la literatura y de los videojuegos se exponen en una muestra en Londres que explora cómo la cultura de lo adorable -que puede ser tan entrañable como siniestro- se expande a ritmo vertiginoso en el mundo actual.

Por Redacción Cosas. Fotos: Getty Images

CUTE reúne la obra de una cincuentena de artistas, objetos históricos y una zona dedicada a la amigable gata Hello Kitty, creada por la japonesa Yuko Shimizu hace justo 50 años. Para celebrar este aniversario, la marca Sanrio, responsable también de bellezas icónicas como Chococat o Cinnamoroll, patrocina parte de la exposición, que anima abiertamente a los visitantes a colgar fotos ‘encantadoras’ en las redes sociales.

Junto a una instalación de la artista británica Hannah Diamond inspirada en las fiestas de pijamas de los niños, la exposición recrea una acogedora discoteca de Hello Kitty y una sala para experimentar con videojuegos. Tan bonito como extraño.

Con esa vocación de hacerse viral, Somerset House invitó a la inauguración de la muestra, que abrirá al público entre el 14 de abril, a varias influentes apasionadas de lo ‘kawaii’, el movimiento surgido en Tokio por una feminidad deliciosa e inocente. 

Pese a la ternura que pueden inspirar los grandes ojos de un felino o lo atractivo que es para algunos un mundo rosa lleno de peluches, la cultura de lo ‘cute’ “tiene también un lado oscuro, enervante e incluso divisorio”, reconoció la comisaria de la muestra, Claire Catterall.

El lado oscuro

Con cinco secciones y varias instalaciones interactivas, la exposición trata de desvelar el poder de esta estética ‘moralmente ambigua y a veces paradójica, que al tiempo que da consuelo en un mundo hostil puede cambiarlo y subvertir la norma.“Lo adorable es sin lugar a dudas la estética más destacada de nuestro tiempo”, afirmó Catterall en la presentación. “A medida que satura nuestra era digital, la ternura nos alimenta y nos atrae de un modo que indica que oculta algo más de lo que su apariencia inofensiva podría sugerir”, declaró.

En la sección de ‘Crybaby’ se analiza -a través de por ejemplo las muñecas ‘Susie Sad Eyes’- cómo la cultura de lo adorable despierta nuestra parte vulnerable, mientras que en ‘Juguemos Juntos’ se examina la satisfacción de conectar con nuestro lado infantil. La faceta más siniestra se manifiesta a través de creaciones ‘monstruosas’, como mascotas robóticas, juguetes como los Furby o personajes del tipo del sangriento Gloomy Bear que hace algunos años fue objeto de culto entre adultos quienes llevaban mochilas o bolsos con su imagen. 

Las chicas acuden a esta cita ataviadas con elaborados vestidos de muñeca o accesorios inspirados en figuras de fantasía como Pokémon o del manga y el anime nipón. El estilo Coquette, de este año, es infaltable en los detalles que se presentan en cada rincón, así como en los asistentes que llevan lazos y delicados trajes rosa acordes a la tendencia.

Los hombres, vestidos con colores pasteles, también interactúan con juguetes de esta extraña muestra que está llena de adultos.

Aquí también se analiza cómo, mediante la propaganda de grupos extremistas o los anuncios de algunas multinacionales, las cosas lindas se pueden utilizar también a modo de ‘píldora azucarada’ para hacernos creer en ‘verdades’ que tienen una agenda política poco confiable.

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