La reina de Dinamarca habría renunciado para salvar el matrimonio de su hijo

Por Redacción Cosas. Foto: Instagram

Según reportes de la revista Lecturas, la reciente abdicación de la monarca emérita y el ascenso de su hijo, Federico X, al trono, habrían sido medidas extremas adoptadas por Margarita para retener a su nuera, Mary Donaldson, y así preservar el matrimonio del nuevo rey. Este sorprendente giro, reportado por la publicación, ha generado especulaciones sobre los motivos detrás de esta decisión sin precedentes en la monarquía danesa.

La reina Margarita II de Dinamarca habría anticipado serias repercusiones en la familia real danesa tras el viaje de Federico a la capital española en noviembre. Este acontecimiento habría intensificado la decisión de Mary Donaldson, esposa de su hijo, de abandonar Dinamarca, marcando el primer paso hacia un inminente divorcio. La preocupación por el futuro de la familia real habría sido un factor clave en la decisión de Margarita de abdicar y facilitar la sucesión de su hijo en el trono.

La Casa Real danesa, al clasificar el asunto como persona” entre el ahora rey Federico X y Genoveva Casanova, habría intentado pasar por alto un tema de considerable impacto para la monarquía del país nórdico. Se menciona que la pareja mantiene una relación desde hace dos años, lo que añade un elemento de relevancia al contexto y plantea preguntas sobre la estabilidad y continuidad en el seno de la familia real danesa.

Según la periodista Pilar Freyre en la revista Lecturas, cuando Mary Donaldson huyó a Australia, Margarita envió a un consejero para comunicarle su intención de hacerla reina. Esta estrategia de la monarca danesa habría persuadido a la ahora reina Mary de Dinamarca, quien, según el medio español, cambió de parecer. Ya no solo decidió no abandonar el país de su esposo, sino que también aceptó la explicación proporcionada sobre su encuentro con Genoveva Casanova, afirmando que no había pasado nada.

En su discurso de Año Nuevo el 31 de diciembre pasado, la reina Margarita II de Dinamarca sorprendió a todos al anunciar su disposición para abdicar en el día en que celebraría 52 años de reinado. Este inesperado gesto implicaría ceder el trono a su hijo Federico, y con él, a su nuera Mary. La decisión de la monarca danesa generó sorpresa y especulación sobre las razones detrás de este acto sin precedentes en la historia del país.

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