Amamos el sol, queremos un bronceado de ensueño pero sin las consecuencias: ni manchas ni lunares ni enfermedades más complejas para nuestra piel. Es hora entonces de saber cómo escoger la protección adecuada.
Por Berenice Benalcázar A. Tecnóloga y Dermocosmiatra. Foto: 123RF
Es importante conocer el tipo, edad y estado actual de tu piel, identificar tu estilo de vida para poder determinar el tipo de fotoprotector que se incluirá en tu rutina de cuidado diario, para garantizar la prevención de diversas alteraciones cutáneas. Incluso, si eres deportista, debes saber en qué horas conviene salir a ejercitarte para absorber luz solar sin las quemaduras o la exposición que resulta peligrosa.
EVITA LAS HORAS DE RIESGO
Limita el tiempo de exposición al sol y evita la franja horaria de las 12:00 a las 16:00 ya que la radiación solar llega más vertical y es más intensa.
APLICA BIEN EL FOTOPROTECTOR
Parecería obvio, pero no lo es. Coloca el fotoprotector media hora antes de la exposición al sol y sobre la piel limpia y seca de forma generosa. Reaplícalo cada tres horas.
No te olvides de aplicar fotoprotector en las zonas que van a estar expuestas por ejemplo: orejas, cuello, escote, manos, pies y sobre todo el pecho y hombros.
NO OLVIDES IR BIEN EQUIPADO
Utiliza indumentaria adecuada para protegerte del efecto directo de la radiación solar en la piel. Accesorios como sombreros gafas de sol se convertirán en parte de nuestro día a día. No escatimes: necesitas protección de primer nivel pues los efectos son a mediano y largo plazo.
NO TE CONFÍES DEL CLIMA
El sol sale todos los días incluso cuando está nublado, por eso es importante fotoprotegerse durante todas las estaciones del año y tener especial cuidado cuando realizemos actividades al aire libre. Aunque no notes tanto el calor, las nubes solamente frenan el 10% de los rayos UVA, por lo que la mayor parte de ellos llegan a tu piel.
RECOMENDACIONES EXTRA
Elegir la presentación y fórmula especificas de fotoprotector es fundamental para garantizar que nuestra piel esté bien protegida. Las formulaciones testeadas dermatológicamente minimizan el riego de alergias en la piel.
- La edad sí importa, las formulaciones para bebés y niños son diferentes que para los adultos. Pediatras y dermatólogos recomiendan no exponer a los bebés menores de 6 meses a la luz solar directa. Además de protectores solares a partir de 6 meses, principalmente deben ser fotoprotectores minerales y sin perfume para así minimizar los riesgos de alergia y reacción en la piel. Protección alta. El FPS (Factor de Protección Solar) o en inglés SPF (Sun Protection Factor) hace referencia al grado de protección frente a la radiación UVB (ultravioleta B) del sol.
Esta radiación tiene mucha energía y es la causa principal de las quemaduras solares. La quemadura solar es un efecto indeseable a corto plazo, no obstante, la piel tiene memoria. Los efectos acumulativos del sol pueden ser mucho más graves y aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel.
Las quemaduras solares son dolorosas y molestas y pueden requerir en ocasiones de evaluación por parte de un médico. Tomar el sol es agradable, pero todos somos sensibles a la luz solar en mayor o menor medida.