ENCOCADO DE PESCADO
Un poco de coco
Dos actores estelares: coco y pescado; suficiente para dar forma a una creación sorprendente en sabor. La propuesta no estará completa si no es servida con arroz blanco y crocantes patacones. La provincia de Esmeraldas dio vida a este platillo, que si bien suele prepararse con corvina, admite otros pescados. Hoy por hoy, el encocado de pescado es uno de los platos que mejor representa a nuestra culinaria.
LOCRO DE PAPAS
Pocos ingredientes, muchas sensaciones
¡La sopa reina! Sus ingredientes principales: papa, queso y aguacate definen una textura tan especial como el sabor que resulta de su combinación. El secreto, por supuesto, es el refrito. Un buen locro es espeso, sedoso, de color definido y contrastante con el verde del aguacate que en rodajas resaltará la estética del plato. Cada vez hay más versiones, sin embargo, el locro original es insuperable; es una sopa que, sin pretensiones, maravilla y siempre hará que volvamos por más.
FANESCA
Fiesta de granos
Este plato de temporada lleva consigo un simbolismo religioso que la ubica por ello, como plato emblemático de los días de Semana Santa. Originalmente se prepara con 12 granos: el choclo, el garbanzo, las habas, el mote, la arveja, los chochos, las lentejas, los mellocos y cuatro variedades de fréjol tierno y seco. Estos representan a los 12 apóstoles, mientras que el pescado (bacalao) representa a Jesús. Así, con esta contundencia de sabores, desde la cocina ecuatoriana se honra a Jesús y sus apóstoles. Per también se lo hace desde el ritual; la mesa llena reúne a la familia entera y a los amigos para esta celebración religiosa, con mucho de gastronomía.
SECO DE CHIVO
De seco nada
Jugoso, aromático, de carne suave y deliciosa, el seco de chivo se ha convertido en un plato estrella de nuestra gastronomía. Su cocción a fuego lento y muy condimentada hace que desprenda un sabor inigualable; eso sí, la clave es la bebida que se le añade a la preparación. La original es con chicha; las versiones actuales suelen sustituirla por cerveza. El secreto adicional de algunos cocineros es añadirle un poco de jugo de naranjilla.
HORNADO
De todos los orígenes
Pastuso, riobambeño, ibarreño o del Valle, el hornado (cerdo al horno) es una de las propuestas culinarias del Ecuador que más ha trascendido en el mundo. El pastuso se diferencia de los otros por lo jugoso y porque su agrio (el encurtido dulce que suele acompañar al plato) es salado.
Esta propuesta que requiere de al menos 12 horas de cocción, convierte al cerdo en una carne suave que se deshace en boca mientras cautiva con su sabor, gracias al aliño y al jugo que desprende durante la cocción. Complementan esta delicia, las tortillas de papa, aguacate, mote y maduro.
CUY
Exótico y elevado
Al horno, asado o frito, no es fácil dejarse cautivar por este animalito la primera vez. Aquello de “amor a primera vista” con el cuy no existe. Sin embargo, el sabor inconfundible de este roedor que suele acompañarse muy bien con papas, lo sitúa en un lugar de la cocina ecuatoriana (y también peruana) que difícilmente podrá ser relevado. El secreto, además de condimentarse en la justa medida con ajo, comino y sal, es dejarlo reposar durante un día antes de su cocción.
CHIGÜIL
Creación ancestral
Envuelto en una hoja de plátano o en hoja fresca de maíz, el chigüil llega a la mesa después de preparar una mezcla de maíz, amasada en caliente y que alcanza una textura sedosa, la que se rellena con un refrito de cebolla blanca, manteca de cerdo y queso. Su origen está en Guaranda y es parte de la cultura indígena; se sabe que el nombre proviene del tipo de envoltura similar a la de los bebés, a quienes se los llamaba “chiguilitos”.
MOTE
El pillo y el sucio
Ambas versiones nacen en las provincias de Azuay y Cañar, y son un ejemplo de la fuerza de los sabores andinos, desde la sencillez de sus ingredientes y técnicas. El mote pillo, elaborado con maíz maduro y huevo es una propuesta versátil que se sirve como guarnición, plato fuerte o desayuno; su secreto es la manteca de cerdo. El mote sucio, en cambio, es el mote pelado y envuelto en la manteca oscura de la fritura de la carne de chancho. Ambas opciones resultan contundentes en sabor y han escalado a buen ritmo en la cocina ecuatoriana.
ROSERO QUITEÑO
Memorias de claustro
El refrescante Rosero nació en los claustros quiteños allá por el siglo XVIII. Frutas y maíz (mote) son los ingredientes de esta singular bebida, que debe su nombre a su elaboración con base en agua de rosas. Aunque los días calurosos en Quito son escasos, el Rosero es pensado para refrescar aquellos días de verano; su existencia desde la colonia revela que una vez más estamos frente a una nueva forma de mestizaje, el culinario.
CHICHA
Bebida milenaria
Desde la época preincaica, y como parte de todas las celebraciones y rituales indígenas, la chicha ha ido transitando los territorios y adaptándose a las prácticas y productos de cada lugar. Por eso existe la chica de arroz, de quinua y de jora, entre otras. Esta bebida requiere de una buena fermentación (de al menos dos días) y aromáticos ingredientes que exaltan los sabores. Panela, canela, harina, pimienta dulce, naranjilla y más dan forma a la chicha ancestral que hasta hoy es parte de la gastronomía ecuatoriana.
COLADA MORADA
La sangre del difunto
Para muchos una bebida, para otros un postre. El color brillante y la textura espesa definen a la famosa colada morada, tradicional de la celebración del día de los difuntos en Ecuador. Sus ingredientes principales: mortiño, mora, piña, naranjilla, frutilla y maíz morado, y muchas, muchas especias. Esta bebida, que así como la fanesca, cumple el ritual de unir a las familias y de compartirse en la mesa grande, contiene también un fuerte simbolismo religioso, pues representa la sangre de los difuntos y disfrutarla se convierte en una forma de honrarlos. La costumbre de acompañarla con un pan dulce en forma de guagua no solo responde a un complemento de sabor, sino que el pan representa el cuerpo del difunto.
ENCEBOLLADO
El que no te deja indiferente
Con albacora o atún fresco como ingredientes principales, esta sopa típica costeña abraza también el sabor de la yuca, el tomate, la cebolla y condimentos. Si al probar un encebollado quedas indiferente, es probable que no estés frente a un encebollado. El verdadero siempre desata sensaciones. Como tantos otros platos, el encebollado también nace de la mezcla de culturas; la cebolla y el limón, de procedencia española, se combinan perfectamente con el pescado ecuatoriano.
CAFÉ Y CHOCOLATE
Notas y aromas
Café lojano o zarumeño y cacao ecuatoriano son términos que circulan ya en la esfera gastronómica mundial, posicionando su sabor único. Y es que estos dos productos han sido una revelación que ha despertado gracias al talento, técnicas, emprendimiento y compromiso de calidad de los productores. La evolución de una cultura de café y cacao es relativamente nueva, sin embargo sorprende la calidad y talla de estos dos productos. Entre los cafés, Ecuador es productor de las variedades Arábigo y Robusta, el primero más dulce y ácido; el segundo más amargo y fuerte. En cuanto al cacao, el Fino de Aroma es el que nos representa y enriquece las cocinas y las marcas alimenticias más reconocidas en todo el mundo.
HELADOS DE PAILA
Con frutas de todo el año
La generosidad de estas latitudes permite que las frutas, además de coloridas y diversas, rompan con el calendario de temporadas y estén disponibles durante la mayor parte del año. Así, son aprovechadas para la elaboración de una de las más deliciosas golosinas: el helado de paila. Originario de Ibarra, y ahora popular sobre todo en provincias de la sierra, el helado de paila seduce con su textura suave y su sabor ligero. Taxo, guanábana, naranjilla, mora y una larga lista de sabores frutales se transforman en una pasta suave de hela- do, que sobre un cono de galleta sabe mejor.